jueves, 29 de noviembre de 2018

¿Por qué Setiembre y no Septiembre?

¿Por qué aparece escrito Setiembre y no Septiembre en el pergamino del Escudo de Armas en las monedas de Guatemala?

     Los que pertenecemos a las generaciones más recientes crecimos utilizando monedas que fueron acuñadas ya con esta característica, a pesar de que la manera usual en que nombramos al noveno mes del año es Septiembre, con «p». Pero ¿por qué aparece sin «p» en las monedas guatemaltecas? Pues bien, la respuesta se encuentra en la historia del Escudo de Armas de la República de Guatemala.

     En principio, debemos descartar que sea un error ortográfico porque ambas formas de escritura son correctas y reconocidas por la Real Academia Española. Aunque cabe resaltar que la RAE recomienda el uso de Septiembre como la manera más "culta". Quien quiera profundizar en la historia de dicha palabra puede hacer click aquí. En este artículo no nos detendremos a profundizar sobre la validez ortográfica o gramatical de la palabra, porque la razón por la que aparece en nuestras monedas de una manera y no de otra es histórica y legal, no ortográfica.

     El Escudo actual, cuyo diseño se le atribuye al hábil grabador suizo de la Casa de Moneda de Guatemala, Juan Bautista Frener, fue creado en el año de 1871, poco después de la Reforma Liberal, y constituido legalmente el dieciocho de noviembre del mismo año mediante el decreto número 33 del presidente Miguel García Granados. Dicho decreto en su artículo único, entre otras cosas, ordena que el pergamino en el centro del Escudo contenga la leyenda «Libertad, 15 de Setiembre de 1821», conmemorando el día de la declaración de independencia de Centroamérica.



1872-1925

     El nuevo Escudo de Armas aparece por primera vez en el numerario nacional en la moneda de un Peso acuñada en el año de 1872. Se lee la palabra «SETIEMBRE» en el pergamino de todas las monedas acuñadas durante este período, aunque en algunas ocasiones se abrevió a «SET».

      Debido a lo poco detallado del decreto 33, los artistas hacían sus propias interpretaciones, siendo estas muy distintas unas de otras. Incluso en los grabados de Frener encontramos diferencias como las que se aprecian a continuación:

Nótese la diferencia en la leyenda del pergamino y la ausencia del moño en 1889. Puede observarse la firma de Frener en la cacha del fusil izquierdo en la de 1881 y en la base de las ramas de laurel, "FRE-NER", en la moneda de 1889.


Ejemplos de Escudos con múltiples diferencias.
(Tocar o hacer click sobre las imágenes para ampliarlas)


1925-1970

     Luego de la primera reforma monetaria y bancaria del siglo XX, y a partir de 1925, se emiten las monedas de la nueva unidad monetaria, el Quetzal. En ellas encontramos la palabra «Septiembre», con «p», en el pergamino del Escudo. Esto claramente es un error, porque el decreto No. 33 no había sufrido ninguna modificación y se encontraba en vigencia. Este error persistió por cuarentaicinco años, apareciendo así en todas las monedas acuñadas desde 1925 hasta 1970.

     Observando esta situación, en junio de 1959, el historiador quetzalteco Francis Gall publicó un profundo estudio sobre nuestras insignias patrias, en donde, entre muchas otras cosas, señalaba la anarquía con la que los artistas interpretaban el decreto 33, el uso erróneo de la palabra Septiembre, el incumplimiento de algunas leyes heráldicas y la necesidad de crear un reglamento para evitar los problemas mencionados. Estas fueron sus conclusiones. Atención a los puntos 4 y 5:


«1. El escudo de armas debe tener campo celeste claro. Es decir, que el cuerpo del escudo debe ir sobre un campo o fondo azul celeste claro en el centro de la franja blanca de nuestro pabellón nacional.
2. Deben ser dos rifles (modelo de los empleados en 1871, es decir Remington) y dos espadas (no sables) de oro, enlazados (se refiere a rifles y espadas) con ramas de laurel.
3. El decreto no menciona que las armas ni las ramas de laurel estén atadas con cintas o lazas que –según las leyes heráldicas- no tienen razón de ser.
4. La leyenda correcta del pergamino debe ser, en letras de oro: “Libertad 15 de Setiembre de 1821”.
5. La leyenda mencionada en el punto (4) que antecede, debe mantenerse en la forma que fue decretada. Si se desea cambiar la palabra Setiembre por Septiembre como se ha venido efectuando, se requeriría una nueva ley que lo modificase.

6. No existe decreto alguno que indique la forma en que debe estar colocado el Quetzal, ya que se dispone únicamente que figure en la parte superior. Como se indica en el capítulo IV que antecede, de acuerdo con la Heráldica la figura del Quetzal debe estar colocada viendo hacia el lado diestro del mismo, pintado en sus colores naturales, con los ojos encendidos y sus patas membradas (es decir, en su color natural que es una especie de café claro). Todo, con la condición expresa que el campo donde figure sea de plata, única forma en que los esmaltes no se limitarían con esmaltes ni los metales con otros metales. En el caso específico de las espadas de oro, se salvaría fileteándolas de gules –rojo- en sus hojas, para evitar que los metales se limiten entre sí.
7. La ciencia del blasón no contempla fusiles o rifles.
8. Por último, para evitar que diferentes artistas realicen diseños arbitrarios de nuestro escudo de armas, se sugiere la posibilidad que lo antes posible el Gobierno acepte y adopte un diseño y que el mismo, por medio de decreto sea dado a conocer como el oficial. Con esto, se evitarían las variantes expuestas en el presente estudio.»

     Debido a esto, el 19 de diciembre de 1959, el presidente Ydígoras Fuentes emitió un acuerdo que decía lo siguiente:

“CONSIDERANDO: Que es necesario adoptar un diseño único del Escudo Nacional para ostentarlo en nuestra insignia patria y que esté dentro de lo dispuesto en el decreto del 18 de noviembre de 1871, para evitar la disparidad de los artistas que lo reproducen, POR TANTO, ACUERDA: Crear una Comisión integrada por los señores Enrique del Cid, Joaquín Parto y Rigoberto Bran Azmitia, para que estudie y determine cuál diseño debe de adoptarse de conformidad con el decreto citado. El presente acuerdo entra en vigor inmediatamente.”

     El 15 de febrero de 1960, la Comisión emitió un dictamen con varios razonamientos y observaciones. Y acerca del pergamino, se menciona:

- 13º. LEYENDA: Las leyendas no conservan uniformidad en su dibujo, redacción y longitud de las palabras, ejemplo: unas veces la leyenda está contenida en cinco líneas; otras, en seis o en cuatro, con abreviaturas y supresiones de palabras.
- 14º ORTOGRAFÍA: Tampoco hay uniformidad, se escribe “Setiembre” o “Septiembre”.

     En conclusión, recomiendan no modificar el Escudo porque ya estaba muy enraizado en la mente y corazón de la población, pero sí recomiendan reglamentar adecuadamente para evitar la anarquía que se había venido observando.

     El 18 de diciembre de 1963 se emitió un nuevo acuerdo gubernativo que conforma la Comisión que se encargaría del reglamento. Desafortunadamente, el trabajo de ésta no pudo avanzar y quedó suspendido debido al fallecimiento de dos de sus miembros: Joaquín Pardo y Antonio Tejeda Fonseca.

     El 31 de Julio de 1967, el Prof. Francis Gall, en calidad de presidente de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala, envió una carta a Carlos Martínez Durán, Ministro de Educación, solicitando se reorganizara la comisión encargada de reglamentar las características y diseño del Escudo y Bandera nacionales. Dicha carta obtiene respuesta del ministro Martínez el 3 de agosto de 1967, manifestando su completo apoyo.

      El 30 de noviembre de 1967, siendo presidente el LIc. Julio César Méndez Montenegro, se emite el acuerdo número 353, que reorganiza la Comisión y nombra a las siguientes personas: Presidente: Ing. Manuel Angel Castillo Barajas, Director del Instituto Geográfico Nacional; Vicepresidente: Profesor Francis Gall, Presidente de la Socidedad de Geografía e Historia de Guatemala; Vocales: Licenciado David Vela, miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala; Licenciado Ernesto Chinchilla Aguilar, Director del Archivo General de Gobierno; y Coronel de Infantería Ricardo Antonio Escalante González, como miembro del Ejército Nacional. Todos realizaron sus funciones con carácter ad honorem. Y cabe mencionar que esta Comisión tuvo acompañamiento de varias instituciones, como la Academia Guatemalteca de Estudios Genealógicos, Heráldicos e Históricos.

     Esta comisión, además de varias reuniones informales entre ellos y con otros personeros de instituciones científicas del país, realizó quince sesiones formales en las instalaciones del Instituto Geográfico Nacional, del 15 de diciembre de 1967 al 15 de Julio de 1968.

     Sobre lo encontrado en las actas de dichas sesiones se destaca que en el punto tercero de la sesión número 3, la Comisión acuerda hacer suyo y tomar como base el estudio realizado por el Prof. Francis Gall en junio de 1959. En el segundo punto, inciso f, de la 4ta. sesión, llevada a cabo el 27 de marzo de 1968, se define el pergamino, quedando pendiente definir sus colores. En la sesión número 10, llevada a cabo el 9 de mayo de 1968, se define por completo el Artículo 8 del reglamento, que se refiere al pergamino. Dicho artículo queda de la siguiente manera:

«8. El pergamino –como portador del alma- y con un ancho equivalente a un tercio (1/3) de la circunferencia imaginaria de las ramas de laurel, está desenrollado con una vuelta hacia el frente en su parte superior y una vuelta hacia el reverso en la inferior. La superior está a la altura del encastre de las bayonetas y la inferior descansa sobre las hojas de las espadas. Centrado en la parte extendida del pergamino, con letras de oro, en mayúsculas y en cuatro líneas, figura la siguiente leyenda: primera línea LIBERTAD; segunda línea 15 DE; tercera línea SETIEMBRE y cuarta línea DE 1821. El color crema-marfil del pergamino equivale al ISCC-NBS 92 y White, o VM 4.5 y 9.2, y el oro es igual al del filete que limita el escudo y al de las empuñaduras de las espadas.»

Escudo hecho por Víctor Manuel Aragón Caballeros, aprobado por la Comisión en la sesión número quince, llevada a cabo el 15 de Julio de 1968.

      Concluido el trabajo de la Comisión, el 12 de septiembre de 1968 se firmó en el despacho presidencial el Acuerdo Gubernativo que reglamenta los colores y diseño de la Bandera y Escudo Nacionales, el mismo entró en vigor el 15 de septiembre del mismo año.



Diario de Centroamérica, 15 de Sept. de 1968 (Fotos: Carlo Arreaga)

     En el nuevo reglamento, que pretendía acabar con 97 años de anarquía en la materia, se especifican minuciosamente todos los detalles que deben ostentar la Bandera Nacional y nuestro Escudo de Armas. Entre los detalles que destacan, notamos que el Escudo, cuando se represente fuera de la Bandera, será circular en un campo celeste claro, limitado por un filete de oro. Se elimina el moño. Se establece que deben ser espadas, no sables, y sus empuñaduras deben ser del mismo color dorado que la leyenda en el pergamino y el filete que delimita el círculo. Los fusiles deben ser Remington, de la época de 1871, con bayoneta triangular calada. Las ramas de laurel se representan sin florescencia. El Quetzal debe ir diestrado (viendo hacia su derecha) y con el pico horizontal. El artículo 9 del acuerdo especifica las características del pergamino y el artículo 16 menciona lo que debe suceder con el Escudo en las monedas:




«Artículo 9. El pergamino, cuya leyenda hace inmortal la fecha del nacimiento de la patria, va desenrollado en el centro del escudo, sobre el cruce de los rifles; tiene una vuelta y media hacia el frente de la parte superior y una vuelta y media hacia el reverso en la inferior, descansando ésta sobre las hojas de las espadas. Centrada en el pergamino, figura la siguiente leyenda en letras de oro, mayúsculas, en cuatro líneas, así: en la primera LIBERTAD, en la segunda 15 DE, en la tercera SETIEMBRE, y en la cuarta DE 1821.»

«Artículo 16. Dicha substitución no incluye a los símbolos y documentos de valor histórico ni a los que forman parte integrante de monumentos o edificaciones en general.
  En cuanto al uso del escudo en monedas y demás valores del Estado, se estará a lo que disponen las leyes y reglamentos de la materia.»


1971-Presente

     La Junta Monetaria y la Casa de Moneda de Guatemala cumplen con el acuerdo y a partir del año de 1971 se empieza a utilizar el renovado Escudo Nacional, con los nuevos detalles reglamentados, como queda evidenciado en nuestras monedas.



     Como vemos, tradicionalmente, «SETIEMBRE» es la manera correcta en que debe escribirse el mes de la independencia en el pergamino del Escudo Nacional, y es la razón por la que siempre lo veremos así en nuestras monedas. Desafortunadamente, años después de emitido el acuerdo gubernativo y el reglamento, es casi imposible encontrar un escudo que cumpla cabalmente con lo establecido en la ley. Por ello, y para evitar más confusiones, el 26 de noviembre de 1997 se publicó en el diario oficial el decreto legislativo No. 104-97, que buscaba simplificar y actualizar definitivamente las disposiciones referentes a la Bandera y el Escudio. En este se permite que el fondo del lienzo donde se presente el Escudo pueda ser de color blanco y también que el mes de la independencia se pueda escribir con «P», debido a que es la manera más usual de escribirse en nuestros tiempos.



Agradecimientos a Carlo Arreaga por su colaboración.

Cristian A. Vargas Castillo.
Noviembre de 2018
Primera actualización, Agosto de 2019
Segunda actualización, Enero de 2021

Bibliografía:
- Gobierno de Guatemala. (1881). Recopilación: Las Leyes emitidas por el Gobierno democrático de la República de Guatemala, 1871-1876 I. Guatemala: Tipografía El Progreso.
- Gall, Francis. (1959). Estudio sobre las Insignias Nacionales de Guatemala.
- Dictamen de la Comisión sobre reformas al Escudo Nacional. (1960).
- Informe de la Comisión, de fecha 26 de junio de 1968. (1968).
- Actas de sesiones de la Comisión. (1968).
- Proyecto de Reglamento de la Bandera y Escudo Nacionales. (1968).
- Colores y Diseño de la Bandera Nacional (1968-9-15). Diario de Centro América.
- Decreto Número 104-97. 26 de noviembre de 1997. Diario de Centro América, Tomo CCLVII, No. 84.

miércoles, 16 de mayo de 2018

EVOLUCIÓN DEL DISEÑO DE LA MONEDA DE 25 CENTAVOS DE GUATEMALA (1925-presente)

      Hace algún tiempo, cuando escuché la historia de que doña Concepción Ramírez, mejor conocida como doña «Chonita», era la mujer que aparecía en la moneda de 25 centavos, recordé un documental que vi hace muchos años sobre el proceso de diseño de la moneda de un dólar de Sacagawea. En él se contaba la historia del personaje, se podía observar a la modelo posando para el diseñador y se describía todo el proceso de diseño y fabricación.

      Al escuchar la historia de doña Chonita, imaginé algo similar. Creí que ella había posado para algún diseñador o grabador, como en el caso de la moneda de Sacagawea. Al investigar e intentar encontrar los detalles del proceso de diseño, me pareció un poco extraño, al principio, no encontrar detalles en ningún libro académico, numismático o histórico; ni siquiera en los publicados recientemente por el Banco de Guatemala, dedicados a la numismática nacional. En la red, lo primero que encontré fueron varios artículos que contaban más o menos la misma historia: «En 1959 una comisión fue nombrada para ir al municipio de Santiago Atitlán, Sololá, su objetivo era fotografiar a la mujer indígena más bonita que encontraran en ese municipio. En ese lugar vivía Concepción Ramírez Mendoza, quien tenía tan solo 17 años. Ella y otras mujeres fueron elegidas como candidatas para que su rostro apareciera en la moneda de 25 centavos. Doña Chonita, como ahora es conocida, fue fotografiada frente a la Municipalidad de Santiago Atitlán, un mes después le fue confirmado que sería el rostro oficial de la moneda, su premio fue de Q2.oo. El artista Alfredo Gálvez Suárez la eligió como el rostro perfecto de la mujer guatemalteca, ella aparece con un tocado en su cabeza, el cual es conocido como tocoyal». La mayoría de artículos relatan más o menos la misma historia, pero ninguno profundiza en los detalles, ni presenta alguna evidencia que justifique dicha creencia. (Más adelante refutaremos completamente dicha versión y demostraremos que en realidad el perfil en la moneda no está basado en doña «Chonita», como siempre hemos creído.).

      Poco después me enteré de la existencia de una publicación que detalla y profundiza en el proceso llevado a cabo por el Banco de Guatemala y la Junta Monetaria para definir el diseño de dicha moneda: «Moneda de 25 centavos. Investigación del diseño», publicada en 1996 por el Banco de Guatemala, investigación realizada por Ricardo Martínez Aldana. Logré acceder a una copia gracias al colega Edgar Quisquinay, y en ella encontré varias de las respuestas que buscaba. Aprovechando el ímpetu, intenté profundizar un poco en la historia de la evolución del diseño de esta moneda. Y aprovechando la oportunidad, comparto en las siguientes líneas toda la información que logré recopilar, relacionada a la historia de los distintos diseños que ha tenido esta moneda, desde el nacimiento del Quetzal como unidad monetaria en 1924, hasta la presente fecha, haciendo especial énfasis en el sustento legal, la descripción de los diseños, sus autores y los grabadores.



QUETZAL SOBRE PEDESTAL (1925-1949)

      La actual unidad monetaria de Guatemala, el Quetzal, nació gracias a la reforma monetaria y bancaria llevada a cabo entre los años 1923 y 1926. Dicha reforma logró con éxito corregir el desorden monetario provocado por la emisión de billetes de banco inconvertibles llevada a cabo durante el gobierno de Estrada Cabrera y agravada drásticamente durante el gobierno Unionista. El 26 de noviembre de 1924, el presidente José María Orellana, mediante el decreto ejecutivo número 879, aprobó la Ley Monetaria, redactada pocos meses antes por Enrique Martínez Sobral. El 2 de mayo de 1925, mediante el decreto 1379, la Asamblea Legislativa aprobó y ratificó dicha ley, dando vida oficialmente a la nueva unidad monetaria, y a su vez, a las nuevas monedas fraccionarias, donde se encontraba la moneda de ¼ de quetzal (25 centavos), objeto de nuestro estudio en esta ocasión.

En cuanto a su composición, el artículo 5 indicaba la cantidad de metal que debía componerla: «(…) Las piezas de un cuarto de quetzal, o quince pesos: seis gramos de plata pura y 8 gramos 3333-1/3 diezmiligramos de peso. (…)», (Plata 0.720. Esta composición se mantendría estable hasta el año 1964). Recordemos que se había fijado el tipo de cambio en 60 pesos por 1 quetzal, por esa razón se le nombraba como moneda de ¼ de quetzal o quince pesos.

Sobre sus características, el Artículo 7 decía: «Todas las monedas tendrán la forma de un disco. En el anverso de las de oro y plata se acuñará el escudo nacional y la inscripción «República de Guatemala». En el reverso, el valor de la moneda en quetzales. El diámetro, el grueso, la leyenda y demás requisitos se determinarán por disposición gubernativa». Posteriormente, mediante un acuerdo gubernativo, el presidente José María Orellana detalló las características del diseño que debían tener las nuevas monedas. El artículo 1 de dicho acuerdo decía lo siguiente: «Las monedas de oro y plata establecidas por dicha ley tendrán en el anverso el Escudo Nacional, la inscripción «República de Guatemala» y el año de la acuñación. En el reverso llevarán un quetzal sobre una columna, en la cual se leerá la inscripción siguiente: «30 de junio de 1871». El propio reverso estará orlado con la inscripción «Ley de 26 de noviembre de 1924», y en él se hará constar el valor de las monedas. En el canto, grabada en hueco, aparecerá esta leyenda: «República de Guatemala. – America Central». El artículo 2 normaba el tamaño del disco, indicando que debía ser de 27 milímetros de diámetro y que el grosor sería el requerido por el diámetro. Entonces tenemos aquí descrito detalladamente el diseño.

Este se utilizó desde 1925 hasta 1949, con una excepción en el año 1943. La primera acuñación (1925) se llevó a cabo en la Casa de Moneda de Filadelfia, EEUU. El encargado de este primer diseño fue el escultor estadounidense William Clark Noble. Encontramos su firma «NOBLE-S» (Noble Sculpsit) bajo el pergamino del Escudo de Armas en la moneda. Las monedas con fecha 1926, 1928 y 1929 fueron fabricadas en Londres. Tienen un diseño ligeramente diferente, atribuído al grabador nacional José Ángel Ceballos. Y las que tienen fecha 1946, 1947, 1948 y 1949 fueron acuñadas en Guatemala, reutilizando los troqueles usados en Londres varios años antes.


UNA EXCEPCIÓN (1943)

      La excepción al anterior diseño fue la moneda de 25 centavos de 1943, que conmemora la inauguración del Palacio Nacional de Guatemala. Obviamente, su diseño no encajaba en lo dispuesto en la ley monetaria de 1924, ni en la reforma de dicha ley, decreto número 1834 del cuatro de mayo de 1932. Su autorización legal llegó el 22 de febrero de 1944, mediante un acuerdo gubernativo del presidente Jorge Ubico. El artículo 2 de dicho acuerdo nos detalla las características de la misma: «En el anverso: el quetzal, ave simbólica de Guatemala, posando sobre la esquina izquierda de un esbozo del mapa de la República, con tres jirones de cola de distinta longitud vueltas hacia la derecha, y en el exergo la inscripción «República de Guatemala». En el reverso: la leyenda de su valor; el año en que se hizo la acuñación y una reproducción del Palacio Nacional, con una inscripción en letras pequeñas, que diga «Palacio Nacional de Guatemala». El artículo 3 de la misma nos indica que el canto debía ser dentado, contrario a lo que estipulaba la ley monetaria de 1924. El diámetro continuaba siendo de 27 milímetros. Gracias a las investigaciones de Edgar Quisquinay, ahora sabemos que el grabador que materializó dicho diseño fue Frank Gasparro, quien por aquél entonces era grabador Junior en la casa de moneda de Filadelfia, EEUU. Recomiendo leer el artículo que profundiza en la historia de esta moneda, aquí.


PRIMERA MONEDA CON PERFIL DE MUJER INDÍGENA (1950-1959)

      Con la revolución del 20 de Octubre de 1944 vinieron muchos cambios para el país. Una nueva constitución, una nueva ley monetaria, la creación del Banco de Guatemala y un cambio radical en el diseño de los reversos de todas las monedas. La nueva ley monetaria, decreto número 203, le daba poder a la Junta Monetaria para tomar algunas decisiones concernientes a la emisión monetaria. Le dio libertad a la Junta para decidir sobre las características y diseños de los billetes, más no de las monedas. El peso, tipo, ley, grabados y denominaciones debieron ser fijados por el Congreso de la república. La junta monetaria podía emitir recomendaciones únicamente a través del ministro de economía. Esta ley disponía que debía ser el organismo ejecutivo el encargado de enviar al congreso una iniciativa de ley razonada que fije o modifique las características de las monedas. El organismo ejecutivo, presidido por Juan José Arévalo, envió la iniciativa mencionada, donde se especificaban los nuevos diseños. El 8 de julio de 1948, el congreso de la república aprobó el decreto legislativo Número 528, ley de especies monetarias, y el presidente Arévalo lo ratificó el 13 de Julio del mismo año.

El artículo 6 de dicho decreto detallaba que el diseño del reverso debía ser de la siguiente forma: «La de veinticinco (25) centavos de quetzal ostentará la cabeza de una india y en el campo lateral derecho, en forma perfectamente visible, el número 25 (veinticinco) seguido de la palabra centavos». De acuerdo a lo anterior, la Junta Monetaria, en su sesión No. 187, con fecha 11 de octubre de 1949, dispuso lo siguiente: «(...) oído lo anterior, la Junta, por unanimidad, dispuso: Disponer que el Banco de Guatemala encargue varios bocetos a los artistas que considere más idóneos y capaces para el efecto y que, cuando esté debidamente escogido y aprobado uno de los bocetos por la propia Junta, mande a hacer la matriz de acero para presentar nuevas muestras de la moneda de 25 centavos de quetzal». Fueron presentados 4 bocetos, realizados por 3 artistas. Ellos fueron: Antonio Tejeda Fonseca, Arnoldo Chavarry y Froilán Ceballos.

Previamente, el Instituto Indigenista Nacional presentó varias fotos de jóvenes indígenas como apoyo y referencia para los artistas encargados de realizar los mencionados bocetos.


      Sobre el boceto seleccionado, cito: «La honorable Junta Monetaria, según punto tercero Moneda de Q.0.25 del acta No. 201 del 11 de enero de 1950, aprobó el boceto presentado por el artista Antonio Tejeda Fonseca».
El 17 de febrero del mismo año, el Banco de Guatemala nuevamente suscribió contrato con el maestro grabador José Ángel Ceballos Cuevas, quien se encargaría del grabado del troquel del anverso de la moneda.
«Finalmente, y con fecha 11 de Octubre de 1950, la Junta Monetaria, en sesión No. 244, según resolución No. 869, dispone:
CUARTO: Aprobación de las muestras de la nueva moneda de veinticinco centavos de quetzal, acuñada conforme a las disposiciones contenidas en la ley de especies monetarias. La Junta Monetaria por unanimidad dispuso: Aprobar las muestras presentadas de la moneda de 25 centavos de quetzal, que conforme a la Ley de Especies Monetarias ostenta en su reverso la cabeza de una indígena y la leyenda 25 CENTAVOS DE QUETZAL y en consecuencia autorizar su acuñación y emisión conforme a las necesidades del Banco de Guatemala»
.

      La moneda mostrada del lado derecho es una curiosa prueba acuñada alrededor de 1950. Aunque tiene impresa la fecha 1949, supongo que la razón de ello es que se utilizó uno de los últimos troqueles utilizados en la casa de moneda en esos años. Curiosamente, el perfil de mujer indígena que ostenta se parece bastante a algunas de las fotografías presentadas por el instituto indigenista. No encontré más información sobre ella, más que la mención como prueba que se le hace en el libro Del Jade al Polímero, publicado por el Banco de Guatemala, de donde tomé prestada la foto. Por el momento, no podemos asegurar que fuera una de las muestras presentadas a la junta Monetaria según lo que estipulaba la resolución acordada en su sesión No. 187.



DISEÑO ACTUAL (1960-presente)

      En 1959, la Junta Monetaria decide renovar el diseño del reverso de la moneda de 25 centavos. El objetivo era dotar a la moneda con una efigie que mostrara de mejor manera las características y rasgos raciales de la mujer indígena maya.

A continuación transcribo dos resoluciones de la junta monetaria, con fecha 2 de septiembre y 9 de octubre de 1959, respectivamente, que explican con precisión lo razonado y resuelto por la Junta Monetaria para definir el nuevo diseño que debía ostentar la moneda.

«En el orden del día encontramos interlineadas entre los puntos segundo y tercero la modificación a la agenda, que se transcribe:
Se modifica Agenda. Efigie para la moneda de plata de 0.25
Ya contenido en el acta correspondiente a la sesión, el punto cuarto incluye la resolución 2715:
CUARTO: Se introduce modificación a la agenda. Consideraciones acerca de la efigie para la nueva moneda de Q.0.25.-
El Gerente solicitó para la discusión del presente tema, colocado entre los Asuntos Varios, la asesoría del Director y del Asesor del Departamento Monetario; la Junta Accedió.
El Gerente del Banco de Guatemala exhibió tres fotografías de muchachas indígenas obtenidas con la colaboración del Alcalde de Santiago Atitlán y por cortesía del Sr. Julio Zadik, con el fin de que la Junta se sirviera opinar acerca del perfil de la cabeza de mujer indígena que figurará en la nueva moneda de Q.0.25. Hizo algunas consideraciones sobre los requisitos del dibujo para grabado. El dibujante aceptaría a ese fin la figura que la Junta elija.

Después de un breve cambio de impresiones y confiando en su experiencia, se dejó a criterio del Gerente el ajuste de las características que precisan. No se eligió concretamente ninguna de las fotos presentadas, considerando mejor aprovechar lo más característico de cada una para lograr una mejor composición. En consecuencia y por unanimidad de votos, la Junta dictó la
RESOLUCIÓN No. 2715 Después de examinar las tres fotografías de muchachas de Santiago Atitlán, Departamento de Sololá, presentadas para elegir un perfil apropiado para la nueva moneda de plata de Q.0.25; por encontrar que el dibujo debe ajustarse a características especiales y con el objeto de lograr una mejor composición para el fin que se persigue.

LA JUNTA MONETARIA
RESUELVE

     Darse por enterada en cuanto a las fotografías presentadas y dejar a criterio de la Gerencia del Banco de Guatemala la composición del rostro y adornos de mujer indígena para la nueva moneda, que puede obtenerse de la combinación de los rasgos de los tres modelos presentados, en virtud de que individualmente ninguno de ellos responde a todas las características que se consideran adecuadas para el objeto. Se retiraron los señores Díaz Gaitán y Leonardo, a quienes se agradeció su colaboración.

Sesión 929 de la Junta Monetaria del 9 de octubre de 1959.

En el literal “e)” del punto “varios” de esta sesión, se entra a conocer y a aprobar el diseño de “la cabeza de mujer indígena que figurará en la moneda de Q.0.25":
e) Se aprueba el dibujo cabez-a (sic) de mujer indígena que figurará en la moneda de Q.0.25.-
El gerente Interino presentó dos dibujos de cabeza de mujer indígena preparados por el dibujante de la institución, que contienen los rasgos raciales más determinantes de las tres fotografías inicialmente presentadas a la Junta para la selección de la figura que debe grabarse en las futuras monedas de veinticinco centavos de quetzal del Banco de Guatemala.
Los dibujos merecieron la aprobación de la Junta, eligiéndose el que estaba señalado con la letra “A”; y en consecuencia, por unanimidad de votos, fue dictada la
RESOLUCIÓN No. 2753. Encontrando aceptable el dibujo presentado por la Gerencia del Banco de Guatemala, que contiene los rasgos más expresivos y característicos de las tres fotografías de muchachas indígenas de Santiago Atitlán que se expusieron y comentaron en sesión anterior, con el objeto de elegir la figura más apropiada para la moneda de Q.0.25.

LA JUNTA MONETARIA
RESUELVE:

Aprobar para la moneda de Veinticinco Centavos de Quetzales el diseño “A” de cabeza de mujer indígena, realizado por el dibujante del banco señor Ovidio Villeda». Fin de la cita.



      Como vemos, el Gerente del Banco entregó a la Junta 3 fotografías de jóvenes mujeres de Santiago Atitlán, tomadas por el fotógrafo Julio Zadik y esta dejó el diseño a criterio del gerente y del dibujante del Banco.


      Por suerte, y gracias a la fina colaboración de Rony Villeda, logramos realizar una entrevista a su señor padre, Arq. Luis Ovidio Villeda Moscoso, autor del dibujo y única persona capacitada para decirnos en qué está basado el diseño. A continuación compartimos la entrevista, dividida en dos partes:






La transcripción de la entrevista puede leerse aquí.

      Como escuchamos de él, las fotografías presentadas por el banco no le fueron útiles, porque carecían de las genuinas características mayas. Él investigó y descubrió, apoyado de la obra de Sylvanus Morley, las características de dicha raza. Al aclarar su visión y haber descubierto dichas características, las plasmó en el dibujo.

Junto a los dos dibujos que él presentó a la Junta, incluyó un documento descriptivo que detallaba su composición: «Pómulo resaltado, quijada corta que sugiere una pequeña papada, los labios prominentes, la nariz definida, pero un poco achatada si se ve de frente, el ojo tiene un rasgo hacia abajo, la frente es corta».

Sobre el traje, nos cuenta que fue conservado del diseño anterior (1950-1959), basado en el traje de Santiago Atitlán. El tocoyal fue tomado de las fotografías proporcionadas por el banco. Sobre el adorno que cuelga del tocoyal, nos comenta que fue tomado del diseño anterior y estilizado. Una breve observación personal es que el accesorio que cuelga del tocoyal no es típico de Santiago Atitlán; se parece más al de la cinta ceremonial del traje del municipio de La Esperanza, Quetzaltenango. Supongo que pudo haber sido parte de la inspiración de don Antonio Tejeda Fonseca, autor del diseño anterior.

Sobre la edad de la mujer en el dibujo, don Ovidio nos cuenta que no era una niña, sino una mujer de aproximadamente 22 años, en el fin de su niñez, con todas sus características definidas.

Otro detalle que me gustaría agregar, es algo que el Sr. Villeda nos comentó fuera de cámaras, y es que a él le pareció que las fotografías que presentó el Instituto Indigenista a los encargados del primer proceso, diez años antes, le hubieran sido de mayor utilidad, ya que contaban con más de las características que él buscaba. Dichas fotografías nunca le fueron proporcionadas.

      A continuación resumo también las conclusiones a las que llegó el Sr. Ricardo Martínez en su investigación:

1. Se descarta que doña Concepción Ramírez haya posado para las acuarelas de Alfredo Gálvez Suárez, porque en el momento de la realización de la misma, ella era una niña pequeña.

2. No es posible determinar la identidad de las 3 modelos de las fotografías presentadas por el Sr. Zadik. Y aunque Concepción Ramírez fuera una de ellas, tiene el mismo mérito que las otras dos modelos.

3. El argumento de mayor peso, que descarta que el diseño sea basado en una sola persona es la resolución No. 2715 de la Honorable Junta Monetaria.

      Y ahora, analizado lo investigado por el Sr. Martínez Aldana, lo resuelto por la Junta Monetaria y escuchando el testimonio del Sr. Villeda, podemos descartar completamente que doña Chonita sea la persona que aparece en la moneda. Es posible que ella fuera una de las tres modelos que posaron para el Sr. Zadik, pero como vimos anteriormente, ella no presenta ninguna de las características mayas que finalmente se acuñaron en la moneda; sus características corresponden a las de una mestiza. Además que la versión real de lo sucedido contradice la versión que dice que una comisión llegó a Santiago Atitlán buscando a la mujer más bonita para que su rostro apareciera en la moneda de 25 ctvs. Como vimos, la intención de la junta y del dibujante nunca fueron la de resaltar la belleza de una mujer indígena, sino de plasmar las características étnicas Mayas.


Agradecimientos a David Bolaños y Henry Molina por su colaboración.

Cristian A. Vargas C.
Mayo de 2018
Última actualización, abril de 2021.

Bibliografía:
- Martínez, Ricardo. (1996). Moneda de 25 centavos. Investigación del diseño. Guatemala: Banco de Guatemala.
- Molina Calderon, José. TRES REFORMAS DE LA BANCA DE GUATEMALA (1926, 1946 Y 2002).
- Prober, Kurt. (1973). Historia Numismática de Guatemala. 2da. Edición. Guatemala: Banco de Guatemala.
- Quisquinay, Edgar. (2016). 25 centavos, 1943 Palacio Nacional de Guatemala. Recuperado de www.numismaticang.blogspot.com en mayo de 2018.
- Quisquinay, Edgar. (2020). Anotaciones para una clasificación tipológica de las monedas de 1/4 de Quetzal y/o 25 centavos, emitidas por Guatemala de 1925 a 1981. Tipo 1. Recuperado de www.numismaticang.blogspot.com en abril de 2021.
- Quisquinay, Edgar. (2020). Anotaciones para una clasificación tipológica de las monedas de 1/4 de Quetzal y/o 25 centavos, emitidas por Guatemala de 1925 a 1981. Tipo 2. Recuperado de www.numismaticang.blogspot.com en abril de 2021.
- Quisquinay, Edgar. (2020). Anotaciones para una clasificación tipológica de las monedas de 1/4 de Quetzal y/o 25 centavos, emitidas por Guatemala de 1925 a 1981. Tipo 4. Recuperado de www.numismaticang.blogspot.com en abril de 2021.
- "El Origen de la Moneda de 25 Centavos de Guatemala". www.mundochapin.com
- Reseña histórica de la moneda de Guatemala. www.banguat.com.gt
- www.monedasdeguatemala.com
- Joyas Numismáticas de Guatemala. Banco de Guatemala. Segunda edición.
- Del Jade al Polímero. Banco de Guatemala.
- Detalles del traje ceremonial de la Esperanza.

miércoles, 18 de abril de 2018

Entrevista - Ovidio Villeda Moscoso

Ciudad de Guatemala.
18 de marzo de 2018.

Entrevistadores: David Bolaños y Henry Molina.





Transcripción:

David Bolaños: Don Ovidio, le voy a hacer unas preguntas con relación al tema del diseño de la moneda de 25 centavos que salió a circulación en 1960. Quisiera que nos contara ¿cómo surgió la oportunidad de diseñar esta moneda?

Ovidio Villeda: Pues, la gerencia me encarga elaborar el dibujo para la acuñación de la moneda de 25 centavos. Y previamente, había 3 fotos que la gerencia presentó a la junta monetaria, que aprobó, con la recomendación de que elaborara un dibujo que resaltara las características de una indígena, genuina, maya.

D.V.: ¿Eso fue lo que el Banco le pidió?

O.V.: Esa fue la recomendación. Cuando recibí las fotografías, pues, presentí que tenía que documentarme para descubrir esas características y poder combinar de las fotografías, qué resaltaba. Me acerqué a Tikal. Después de andar en el museo natural de historia, pero lo que veía ahí era escultura y la escultura yo no recogía algo que me confirmara que los mayas eran así. Porque veía que la frente, que la nariz. Y entonces fui a Tikal, que ya se habían expuesto en forma monumental el templo y la parte de Tikal. Ahí estaban trabajando, pues, antropólogos, y les expuse que dónde podía obtener información. Ellos me dicen, mire, hay un documento, una obra, del antropólogo, o arqueólogo Sylvanus Morley, graduado en Harvard, que tiene más de 14 años de estar investigando a la cultura maya en toda la parte de Yucatán. Y regresé, le solicité al Banco que me comprara la obra. A Través de la biblioteca me compra la obra y, ahí sí que, la desmenuzo. Mire, estaba toda la información que me permitía a mí aclarar mi visión. Perfectamente. Entonces, cuando elaboro el dibujo, de las tres fotografías, ¿verdad?, hay una que sí porta bastante, describe bastante las características mayas. Una. Las otras dos yo derivé que tenían más características que yo le llamo latinas. Y ese término latino, pues, lo ubico antes como cuando se decía ladino, ¿verdad? Es decir que es un mestizaje fuerte, ¿verdad? Entonces, cuando elaboré el dibujo lo presenté a la gerencia, pero hay un documento descriptivo. Hay documento descriptivo. Y resulta que cuando lo presentó la gerencia a la Junta Monetaria, en la sesión, pues, la información que tuvieron les permitió una aprobación, pues, unánime. Después de esa sesión, el secretario me comunica que había sido una sesión, pues, él la entendió muy buena porque no hubo discusión, les pareció. Dos dibujos presenté. Les pareció y seleccionaron uno u otro. Para mí era indiferente, porque las características, era un pequeño cambio de perfil, nada más. Y entonces me dice, mire, la Junta Monetaria lo aprobó unánimemente, y algo más, me dijo, me instruyó para que le envíe una nota de felicitación y se me envió la nota de felicitación, resaltando mi responsabilidad y la forma serie en que yo había interpretado el mandato de la Junta.

D.V.: ¿Cuál fue su inspiración para el diseño? ¿Cuáles fueron los rasgos que usted encontró en esa obra?

O.V.: Los rasgos que yo recogí y que después lo compruebo, porque una cosa es que se diga y otra es comprobarlo. Comprobé que en la población de Cobán, en la población de occidente, todo occidente y área de Petén, esos rasgos existen en una población fuerte. Que era una cara redonda, dice (el documento descriptivo), redonda, ¿verdad?, esto era consecuencia que la frente no es muy alta, ¿verdad? La nariz decía que era achatada. El ojo tenía un rasgo hacia abajo, hacia abajo, ¿verdad?, que le daba una expresión muy especial. Y en el documento yo recuerdo leer que él (Morley) deducía que ese rasgo sólo lo había encontrado no sé en qué parte, posiblemente, en oriente y predecía él que posiblemente el estrecho de Bering no estaba inundado y era posible que los mayas hubieran emigrado y establecerse en este territorio a través de él. Pero es una expresión no confirmada, ¿verdad?

D.V.: ¿Las fotos de quién las recibió? ¿Sabe quién tomó esas fotos?

O.V.: Sí, a mí me dijo la gerencia que las había tomado Bayron Zadyk. Las fotos son de estudio. Ahora, no supe cuántas fotos tomó. Me presentaron tres, pero yo supongo que tomó más fotos, ¿verdad? Ahora, la gerencia seleccionó tres y esas tres son las que presentó a la Junta para que las analizara y la Junta recomienda a la gerencia que con base en esas yo hiciera una abstracción de características. Después de leer yo y tener la información de las características mayas, como les comentaba: el rasgo del ojo, el pómulo resaltado, verdad, resaltado. Y La boca también resaltada. Con una quijada corta, me decía ahí, la quijada es corta, que sugiere una pequeña papada.

D.V.: ¿Esa era la descripción del documento?

O.V.: Esa era la descripción del documento. Eso, lo fui a Panajachel, fui a Sololá, fui a Totonicapán, fui a Quetzaltenango, en Cobán y esas características existían en una población grande. Eso me confirmó a mí que esa era la raza maya. Esa era la raza maya. Y entonces traté de llevar el dibujo a esa impresión. Y hay un documento descriptivo que también forma parte de ese diseño. Yo no lo tengo, porque no tengo la copia. Ni la nota, porque se perdió. Y ya con eso se imprime, ¿verdad? Se elabora el troquel y la casa de moneda ya estaba establecida con un equipamiento lo mejor que se podía para el Banco en esa oportunidad, con intención de ofrecer acuñación a nivel centroamericano.

D.V.: ¿Cuánto tiempo se llevó usted desde que recibió la orden o la invitación para poder realizar este diseño, hasta su entrega final?

O.V.: Bueno, yo recuerdo, no estoy muy claro, pero yo deduzco que no pudo haber sido veinticuatro horas ni un mes. Yo me recuerdo que fue más de dos meses el haber hecho la investigación. Ahora, yo con esto, un dibujo como este era trabajo para dos días. Dos, tres días, ¿verdad? Hacer un dibujo. Pero ya teniendo toda la información. Yo recuerdo que posiblemente, antes de que se hiciera el proceso ante la Junta, creo yo que la gerencia me había sugerido, en otras palabras, prepárese, ¿verdad?

D.V.: ¿Usted trabajó en el Banco de Guatemala?

O.V.: Sí, yo trabajé. Tenía tres años de estudios en ingeniería y trabajaba como dibujante en la dirección general de caminos porque era la institución más ventajosa para un estudiante de ingeniería. Lo llevaban y lo traían a uno. Pero el Banco me hizo oferta de la posición de dibujante, que era parecido a lo que tenía en caminos, ¿verdad? Dibujante. Entonces me interesó porque la escuela me quedaba a cincuenta metros y yo ganaba noventa Quetzales en caminos y el Banco me ofrecía ciento veinticinco. En esa época, veinticinco Quetzales era dinero, ¿verdad? O sea que me permitía holgadamente cubrir mis estudios de ingeniería. Luego, después de eso, ya me hice cargo de las unidades de fotografía, de la unidad de imprenta, para publicar los documentos de Banco, elaborar las unidades de cheques, todos los documentos y por eso es que yo, pues, me voy ampliando en mi trabajo, porque fue incorporando trabajos que se hacían en la calle, que el banco los requería fuera de la institución y me los fueron dando en parte por seguridad, ¿verdad? Era conveniente para el Banco que fuera dentro de la institución que se elaborara todo el trabajo que se podía. A partir de entonces, pues, ya yo dejé ingeniería y se establece la facultad de arquitectura en el edificio de ingeniería. Y me paso a arquitectura. Conforme fui desarrollando mi carrera e implementando mis conocimientos en el campo de la arquitectura adquirí otras obligaciones. Pero yo me recuerdo que en esa fase de la moneda elaboré el logotipo del Banco, elaboré algunos otros documentos. Me recuerdo que hay hasta un logotipo de la Asociación de Empleados del Banco para celebrar el primero de julio. Tengo un certificado donde participo en la elaboración, en un concurso, ¿verdad? Gané el concurso y se me adjudica el crédito. Y de ahí, pues, ya con los conocimientos y mi preparación en el campo de la arquitectura ya entro a un nivel en donde se me permite absorber todo lo que era, en conjunto con otro compañero arquitecto, Guillermo Gomar. Se forma la unidad de mantenimiento preventivo de todas las agencias del Banco Central y absorbemos ya todo lo que es construcción, también. Lo incorporamos. Y la idea era mantener los edificios como si se hubieran hecho un día antes, ¿verdad? Esa era la intención. Estaba Quetzaltenango, Totonicapán, las 22 agencias departamentales. Y ya después, pues, ya participo a un nivel más complejo porque ya participé en la decisión del Centro Cívico, que al construirse el Banco de Guatemala, en la unidad, que formó parte de una intención de que el Banco y los gobiernos insistieron en que tanto el Banco como el Crédito Hipotecario, que correspondían a una posibilidad de que el banco los conformara. Se construye el Banco de Guatemala, el Crédito Hipotecario, ya había una plaza formada. Luego viene la intención de que se complemente el centro cívico. En eso había ya un proyecto combinado con obras públicas, la municipalidad y participa el Banco de Guatemala en ese proyecto, entonces yo acompañé al presidente del Banco, Augusto Contreras Godoy, al vicepresidente del Banco, ingeniero Ricardo Barrios Peña, el presidente (del país) era Arana Osorio y nos autoriza la construcción de la Corte Suprema de Justicia. Tengo ahí un recorte de prensa que se los puedo mostrar. Está documentado. La fecha en que el gobierno autoriza el complejo del Organismo Judicial, el Ministerio de Finanzas, ¿verdad? Ahora, quedó pendiente para esa fase la integración de la municipalidad con la plaza del Banco de Guatemala. Yo elaboré un anteproyecto para integrar la municipalidad, pero no a nivel de pasarelas sino que fuera una plaza, de la municipalidad, que se integrara el Teatro Nacional y que se integrara la plaza del Banco de Guatemala. Hay otra intención que traté, ¿verdad? Ya formado el Centro Cívico, pues yo lo veía como una ciudad muerta los fines de semana. Entonces la intención era que en alguna forma, pues. Recuerdo que la sexta avenida había sido un paseo que era de conexión y de integración de la sociedad en Guatemala, porque después de las cinco de la tarde, seis de la tarde, ahí hasta los bomberos pasaban por la sexta avenida. Pero, era un ambiente de comunicación, ¿verdad? Entonces, la intención mía era que en esa plaza en alguna forma, pues, ver si se lograba ese movimiento humano, ¿verdad? Y propuse que a nivel de la plaza abajo hubiera 2 niveles, que el Banco, no estaba claro que servicios podía dar. La intención es que se ubicaran los servicios apropiados para atraer el fin de semana. No se logró. Pero para navidad yo procuraba que hubiera un ambiente e iluminaba el edificio. Todos los años se hacía una iluminación. No sé si ustedes las vieron o alguno recuerda. Pero el Crédito Hipotecario, el Banco de Guatemala y el IGSS, sólo la municipalidad no, posiblemente no nos ayudó mucho en la iluminación, pero el IGSS, el Crédito y el Banco de Guatemala formaban una atracción para navidad, ¿verdad? Hay fotos, hay documentos míos que se los puedo dar.

D.V.: Tenemos conocimiento también que usted participó en el diseño de la moneda de 50 centavos que se emite en 1962.

O.V.: Sí, esa moneda, también hice el dibujo. La recomendación es que fuera la Monja Blanca. Hice el dibujo y se acuñó la moneda. Pienso que el nivel alto de aleación en plata de la moneda como que fue muy atractivo y desaparecían las monedas, ¿verdad? Desaparecían. Entonces, pues, el Banco lo que hizo fue retirar esa acuñación y emitió nuevamente el billete.

D.V.: ¿Usted tuvo alguna participación en Casa de Moneda?

O.V.: No, en la Casa de Moneda, no. En ese período que yo estaba ya en el Banco, ya estaba la Casa de Moneda. Pues, no estaba construida pero ya estaba todo decidido. Yo conocí la Casa de Moneda cuando ya estaba acuñando. Me invitaron para que yo hiciera una visita, pues, informativa, ¿verdad? Que viera el proceso, que tuviera conocimiento del proceso de acuñación, cómo llegaban los lingotes, el proceso de fundición, la preparación del material para la troquelación, la forma de troquelación. Pero no participé en eso.

D.V.: ¿Alguna vez recibió algún reconocmiento o alguna mención por ese aporte valioso que ha hecho a la numismática de Guatemala?

O.V.: No, porque, pues, esto que ha aparecido en consecuencia. Es decir, que he llegado a aparecer yo como parte, creo yo, es consecuencia de un documental, que lo presentan en canal 7 y que el presidente Álvaro Arzú da un reconocimiento a la señora. Es cuando yo supe, a través de mi hijo Rony Villeda, que se le estaba dado un reconocimiento por ser ella la que había sido seleccionada por el Banco. Su fotografía había sido seleccionada por el Banco para que se elaborara el dibujo de la moneda. Entonces, yo no lo consideré procedente de mi parte, pues, intervenir o aclarar o hacer alguna aclaración, porque consideré que era la institución la llamada a hacer, pues, a aclarar esto. Y entonces, creo yo que como consecuencia, dio como resultado una investigación del Banco. Y deduzco que fue consecuencia, porque la investigación es exclusivamente para la historia de la moneda de veinticinco. Entonces el Banco elabora la investigación y al final, final, final de todos los procesos de acuñación, aparezco yo como autor del dibujo. Ahí arranca mi exposición como intervención en este caso.

D.V.: ¿Usted no vio personalmente a las modelos?

O.V.: No, yo no la conozco, ni he querido, para no tomar partido en esto, porque sigo creyendo que le corresponde al Banco cualquier aclaración al respecto. Yo lo que he hecho es, cuando me han entrevistado, es comentar lo que yo hice con respecto al dibujo, ¿verdad?, y mi trabajo en el Banco, que yo alcanzo en el Banco. En el banco entré como dibujante con la escala más baja, que era como de cien Quetzales, y de ahí alcanzo la subdirección del servicio administrativo, que ya era un puesto completamente administrativo, que al año, pues, yo consideré que ya había alcanzado la cúspide, que más en ese campo, tal vez, me era un horizonte más grande fuera del Banco. Presenté mi renuncia. Inclusive tuve que pedir apoyo para que me la aceptaran porque me era difícil la decisión, pero sí, me retiré del Banco, que fue en 1979. En septiembre del 79 me retiré del Banco. Pero el Banco es, pues, una institución que me formó.
D.V.: Con relación al traje que tiene la indígena en el dibujo que usted hace para la moneda de veinticinco centavos. Ese traje, ¿usted se basó en algún traje en específico o también es una abstracción de todo lo que usted pudo investigar?
O.V.: No. Fíjese que el traje lo conservé (del diseño anterior) porque vi que los sectores según… la Alta Verapaz, Quetzaltenango, tienen trajes especiales cada grupo, ¿verdad?, y entonces consideré que el de Santiago Atitlán, ¿verdad?, era vistoso. En las fotos. De esos sí deduje todo (el traje). En las tres fotos está con lujo de detalle el tocoyal. Lo vi muy bonito, lo vi que había que conservarlo. Ahora, históricamente, no creo, pues, son atavíos que van cambiando con la época, se van perfeccionando y que los va aceptando la sociedad, ¿verdad? Pero no tengo historia de cuándo se empezó, no.

D.V.: ¿Qué siente usted, hoy, cuando ve sus diseños en la moneda de veinticinco y cincuenta centavos?

O.V.: Pues, fíjese, que me conforta, porque yo tenía 24 años cuando ese dibujo de la moneda. Y al ver la figura que resalta las características, pues, para la edad que tenía, creo que mi trabajo lo hacía con atención y devoción. De ahí, pues, esa conducta me valió en el resto de mi vida, porque cuando salí del Banco, ya en la vida privada, monté mi oficina, me dediqué a la construcción. En la parte constructiva, por ejemplo, hice cuestiones residenciales. Pero, donde yo me dediqué con más, porque me gustaba mucho lo que es madera, elaboré un proyecto de tabicación y todo lo que es soporte interior para oficina, un sistema modular que tomé como base lo que era el Lego, que es una pieza, que conforme lo mueve, le da resultados diferentes. Pues con base en esa idea elaboré un diseño que por más de treinta años se explotó en Guatemala. Monté las oficinas principales a nivel nacional, con ese sistema. Y últimamente, hace un año, tuve que cerrarlo porque la empresa la tenía en la 13 calle, Atanacio Tzul, pero que alcanzó una especulación y yo ya no alcanzaba a cubrir la intención de renta que se requería. Que pagaba como sietemil Quetzales y ya había ofertas de más de veinticincomil Quetzales, treinta, no sé. Entonces, tuve que cerrar. Y ahora estoy revalorando, para instrumentarme en procesos de actualización con los soportes técnicos que hay en diseño y dibujo digital, ¿verdad?

D.V.: ¿Nos puede usted describir los diseños que hizo, las partes que tienen sus diseños de la moneda de veinticinco y cincuenta centavos?

O.V.: Sí, por ejemplo esta, ¿verdad?, la de veinticinco. Por ejemplo, acá puede ver usted las características que resalté. Por ejemplo, de las 3 fotografías, esta fotografía sí tiene las características que se expresan de los mayas.

La quijada corta y sugiere una pequeña papada, los labios prominentes, la nariz definida pero un poco achatada si se ve de frente, el ojo tiene un rasgo hacia abajo, la frente es corta, ¿verdad?

En estas dos fotografías yo digo que son más dominantes las características latinas. Mire el pómulo, no es resaltado, más bien es todo lo contrario, ¿verdad?; La nariz es bastante definida, no es chata; La boca no está pronunciada; La quijada es más larga, ¿verdad? La frente sí sigue, pero no hay rasgo del ojo.

En esta otra no hay rasgo del ojo, no hay pómulo resaltado. Ella todavía tiene una quijada más corta, ¿verdad? La boca todavía es más pronunciada. Pero, qué le dijera yo, no puedo recoger con fidelidad los rasgos de estas dos fotos. Ahora, el tocoyal, lo tomé, como para perpetuarse. Ahora, como le decía yo, al describir el dibujo, resalte de las tres fotos, lo que es el tocoyal. De las características, sí, como le digo, esta foto sí. Y como puede ver, las tres fotos son de estudio, bien elaboradas. No son accidentales o en la calle o algo así.

D.V.: Utiliza la colilla larga del tocoyal. ¿Por qué? En las fotos no está larga.

O.V.: Sí, porque en la moneda anterior, y lo describo, el diseño sí tiene un penacho, que yo lo tomo y lo estilizo.

D.V.: Entiendo. ¿Y en la moneda de 50 centavos?


O.V.: La moneda de 50 centavos resulta que fui a comprar una monja blanca. En, creo que se llamaba… un parquecito, Isabel la Católica creo que se llama, en el inicio de la décima… novena avenida, y ahí había un vivero exclusivo de orquídeas, ¿verdad? Y adquirí la que mejor estaba ahí y me la llevé y con base en eso... Yo recuerdo que traté de resaltar la figura de la Monja, ¿verdad?, pero también parte de cómo se forma, o sea, que tiene unos, como, qué le dijera yo, como tubérculos, ¿verdad? Que de ahí nace la flor. Entonces, esa la resalté y pues la aprobó la Junta Monetaria también. No hubo ningún problema. Sí. Y si apareciera algo, posiblemente, el Banco tendría que hacer otra investigación exclusivamente para la ficha de cincuenta, si hubiera interés, pues, en el proceso, ¿verdad?

Henry Molina: Bueno, Don Ovidio, yo me quiero meter un poco más en el asunto del diseño, de las fotografías. Usted recibió tres fotografías. Usted nunca conoció a la persona, ¿verdad? Nosotros creemos que una de las modelos es doña Concepción. Nosotros queremos saber más. Yo, personalmente, quiero saber más su opinión acerca de doña Concepción.

O.V.: Pues. Yo no la conozco a ella. Personalmente no la conozco. Hay un documento que me obsequió El Gráfico cuando hizo esa documentación. Pero, consideré que la historia que ella estaba cultivando y que había sido ya consecuencia publicitaria, ¿verdad? Y los, qué le dijera yo, los beneficios que ella venía alcanzando, consideré no prudente desbaratar esa historia. No lo consideré, porque me hubiera sentido mal. Me hubiera sentido mal en desbaratar ese trabajo. Ella ha alcanzado beneficios, que no es correcto. Su esfuerzo, pues no. No me atrevo a decir. Todo lo que digo es si alguna de las fotografías de ella, correspondieran a las dos que están, pero los rasgos que presenta acá ella, corresponde a una mestiza, no con la primera generación. Yo estoy leyendo lo que dice ella, que la abuela, se puede decir, ya era mestiza. O sea que estamos hablando de una tercera generación. Que la abuela de ella era latina-indígena. Y después viene ya otra generación que ya son latinos. Lo derivo por los apellidos, ¿verdad? Derivo que los apellidos son latinos hasta la posición de ella, ¿verdad? Que son latinos. Y entonces no puedo certificar, no tengo la capacidad de certificar yo que ella sea latina o maya. Pero lo dejo a criterio de ustedes, que analicen las características de ella, si son legítimas mayas o hay, qué le dijera yo, o se han mitigado las características, ¿verdad? Pero, yo podría dar mi criterio, ¿verdad?, pero ustedes que están en este campo (numismática) analícenla a ella si le corresponde o no, ¿verdad? Porque mi criterio es uno, ¿verdad? Pero en este caso yo diría que sería la institución del Banco a la que le corresponde esto. Porque mi exposición es una, pero, daría lugar a complicaciones y ella ha alcanzado… Fíjese que hay un decreto gubernativo que lo describe, que le da el mérito de emblema… ¿cómo es? Que la ubica como símbolo… nacional, ¿verdad?, el decreto. Pero eso no, no sé cómo calificarlo. Pero desde mi punto de vista sí es improcedente, porque a los mayas les corresponde reclamar sus características, que son las que la intención de la junta monetaria, era, precisamente, dejar estereotipado, permanentemente esas características para que en un futuro cualquier arqueólogo, cualquiera, qué le dijera yo, dedicado a la arqueología, quisiera resaltar las características mayas. Si se perpetúa otra figura que no le corresponde a los mayas, pues, complica las cosas, ¿verdad? Históricamente, porque se tomaría un perfil latino. Lo tomarían, y como registro histórico, pues, yo considero que debe validar la verdad.

H.M.: Está bien. ¿En qué año hizo el diseño?

O.V.: Yo me remito al documento que publicó el Banco, porque ahí está. Creo que fue en 1959 cuando la Junta Monetaria da el visto bueno y recomienda, pues, que los dibujos formen parte para la acuñación de la moneda. No hay un más allá. Y por eso es que el Banco, también, certifica que fui yo el que elaboré el dibujo. Es posible que yo voy a hacer una nota al Banco, si es posible, pues, que me dé una copia del documento con que yo acompañé los dibujos, ¿verdad? Porque ahí está. Es descriptivo.

H.M.: ¿Usted conoció a Alfredo Gálvez Suárez?

O.V.: No, no lo conocí. Pero conozco su obra. Él estaba… Lo consideré como el mejor acuarelista del Banco de Guatemala. Hubo una oferta de la obra de él, de las acuarelas de él, que fueron la base de los murales del Palacio Nacional y yo recomendé al Banco que la adquiriera y la adquirió. Pues, el trabajo de él como acuarelista, impresionante. Pero no lo conocí en persona.

H.M.: Es que le preguntaba porque en el documento decía que él había elegido a la modelo, pero había ahí el pequeño desfase de años, porque ella no tenía la edad correspondiente y todo eso.

O.V.: Él ya había muerto. No sé en qué año murió, pero ya no existía él.

H.M.: 46 murió él. Yo algo que tengo duda, un poco, es, las modelos eran niñas, 17, 18 años. Pero el diseño parece una mujer mayor.

O.V.: Sí, la idea del diseño era resaltar las características, ¿verdad?, y en cierta forma no dar una edad tan joven, sino de una madurez que ya estaban definidas todas las características mayas, ¿verdad?, con esa expresión. Considerando, pues, que la infancia del adulto termina a los 18, 20 años, ¿verdad? Entonces, la idea es dar la impresión de una edad ya madura, completamente, 22 años, ¿verdad? Porque las facciones, pues, pensando en que el hombre alcanza madurez biológica a los 18, 20 años. Entonces no era la expresión de una niña, ¿verdad? Forma parte. Esta habilidad, esta visión la alcancé porque parte de mi hobby era dibujar fotografías, retrato. Me gustaba el retrato a lápiz y con espumín. Entonces, afiné la vista, digamos, o sea, para ver cómo un pequeño movimiento del ojo, cómo un pequeño movimiento de la nariz o de los pómulos daban características tan diferentes que difícil que una persona se parezca a la otra. Tenía cierta habilidad como para descubrir, digamos, gestos. Sí. Pero sí, tiene razón, la edad no corresponde a las dos fotografías, como puede ver. Porque las fotografías de ella... Y pienso que al igual que todos nosotros, ¿verdad? Tenemos un canon de belleza, que comparamos qué nos gusta, ¿verdad? Y le voy a dar otro tip. Fíjese que Bayron Zadik, las fotografías que tomó, trató de tomar las más bonitas, desde su punto de vista, ¿verdad?

H.M.: ¿Era Byron o Julio?

O.V.: Bayron Zadik creo que era. No estoy seguro. Ahora sí me puso en duda porque yo me recuerdo que se llamaba Bayron Zadik por la litografía, pero no recuerdo si era el nombre de él.

H.M.: El documento dice Julio.

O.V.: Entonces es el que vale. Es el que vale, sí. Porque yo lo conocí a él en persona porque inclusive me hizo algunos trabajos de impresión en la litografía de él, cuando todavía era de él, porque después lo compra creo que Cajas y Empaques de Guatemala, una empresa salvadoreña, adquiere la litografía.