Por: Axel Recinos Hernández
Ficha de Finca VIZCAYA de 1 Real, acuñada sobre el centavo de 1871 de curso legal, pieza utilizada en dicha finca cuyo dueño influyo en el estilo artístico arquitectónico sobre todo un pueblo, Domingo Giocolea.
A finales del siglo XIX y principios del XX, un miembro de la familia de don Francisco Sánchez (1814-1876), una de las familias más influyentes y con cargos públicos importantes del gobierno de Justo Rufino Barrio, y dueños de las empresas más grandes del país, como ejemplo la fábrica de Cantel, accionista del Banco de Occidente y varias fincas como Finca “Vizcaya”, influyó en el arte a través de la arquitectura al estilo neoclásico en la ciudad de Quetzaltenango, creando una tendencia en la cultura del área y fue don Domingo Goicolea Urréjola, casado con Dolores Sánchez, hija de don Francisco. El arquitecto y filántropo, Don Domingo Goicolea, nació en Álava, Vizcaya, en 1849. Estudió en la Escuela de Bellas Artes, y llegó a Guatemala en 1874; más tarde fue el administrador de los bienes de su suegro.
El arquitecto Goicolea trajo su experiencia y formación en el estilo arquitectónico neoclásico de su región de origen, así como la habilidad de trabajar en piedra (debido a las abundancias de las canteras).
Su primera obra fue la antigua Penitenciaria (hoy Casa de la Cultura), ubicada frente al Parque a Centroamérica.
La Casa de la Cultura fue construida como prisión en 1875. A partir de 1960 se inaugura la Casa de la Cultura, convirtiéndose las antiguas celdas en oficinas de trabajo, la biblioteca municipal y el museo de Historia Natural.
Más tarde diseñó y construyó el Palacio Municipal, el antiguo edificio de correos y varias casas particulares en Quetzaltenango y Guatemala.
Fue también el diseñador y constructor de la Iglesia de Nahualá, perteneciente a la Diócesis de El Quiché, a cargo en esa época de su tío, el cura Andrés Goicolea.
El mausoleo de la familia Sánchez en el Cementerio de Quetzaltenango es una de sus obras más emblemáticas.
La tendencia artística de Domingo Goicolea influyo en la cultura local, dejando grandes obras e historias para la posteridad de Quetzaltenango.